

Tus datos están totamente seguros con nosotros.
Consumimos demasiados alimentos que inflaman, como cereales y grasas, lácteos, margarina, mantequilla, carne roja y aceites hidrogenados que aportan una concentración elevada de omega 6, así como azúcares, almidones, calorías vacías y alimentos procesados.
Y, encima de eso, tenemos hábitos de vida peligrosos como fumar, ausencia de ejercicio, consumir drogas o alcohol y el estrés con el que vivimos todos los días".
Para hacer frente a esa inflamación, lo mejor que podemos hacer es proteger nuestra flora intestinal –más del 60% del sistema inmune depende de ella–, ese escudo protector que se encarga de la correcta absorción de nutrientes así como de controlar el paso de bacterias y toxinas vacías.
Y aquí es donde entra la dieta analgésica y antiinflamatoria: "es rica en vitaminas, minerales, ácidos grasos esenciales, fibra dietética y antioxidantes. Es muy sencilla, incluye todos los vegetales, frutas, cereales completos, proteínas de calidad y grasas saludables en tu alimentación".
¿Los beneficios? Además de mantener la flora en estado óptimo –aumentando las defensas y mejorando el sistema inmune–, proporciona más energía, elimina la ansiedad y aporta mayor bienestar físico y mental.
Dicho esto, aquí os presento varias propuestas de menú y recetas para llevar adelante el plan de la Dieta Analgésica y Antiinflamatoria.